Revistas Literarias-
Historias de revistas literarias de Rosario.-
Como dije en la nota editorial, destacamos a las revistas “el centón” y “El arca de papel”, pero en este número ofrecemos un cuasi “descubrimiento”, que vino aparejado cuando conocimos el trabajo literario de Nélida Esther Oliva llevado a cabo en esta ciudad, del que diera cuenta primeramente, en lo que llevo trabajando en publicaciones de este tipo, el poeta O. Aguirre.
Y he aquí que, al conectarme con la obra de Oliva, de quien me habló maravillas un poeta viejo cuyo nombre demoraré en dar,-sobremanera por expreso pedido de él mismo-descubro la intensa actividad que nuestra poeta desarrollaba en aquellos años 40´, como violinista y “ordenadora”( que vaya a saber qué representaba en esos tiempos, de la Revista de Poesía “Cosmorama”, en la que escribían Bernardo Horrach, Pedro Larralde, Ernesto B. Rodriguez, Gastón Figueira, Selva Márquez, Tomás Enrique Briglia, Nicandro Pereyra, Alberto García Fernández, Aníbal Calvari, Mario Briglia, Carlos G. Escudero, Horacio Cabral Magnasco, Manuel del Cabral, Nélida Oliva, María Adela Agudo, Alonso Sola González, Manuel J. Castilla(padre del gran poeta contemporáneo Leopoldo “Teuco” Castilla), Juan Laurentino Ortiz, Cristina Menares, entre muchísimos otros; publicación de Revistas de poesía que marcaría el destino de todas las que se hicieron e hicimos en los siguientes sesenta años, esto es: fundirse o fundirnos con ellas o simplemente desaparecer sin dar cuenta, a excepción de nuestra “Revista Internacional de Poesía- Poesía de Rosario”, que aún siendo anual, ha llegado a los 20 años de vida y veinte números, con los altibajos y características que pasan a cualquiera. Y tenemos dicho que Runa, Revista de Literatura y Arte que empezamos a fines de los 60´, concluyó en su número 5, mediados de los 70´, cuando manos anónimas de fácil identificación, pusieron una bomba en la Imprenta Sarmiento de calle Entre Ríos, de la cual eran dueños Israel y Daniel, adscriptos al Partido Comunista. De ahí que sea fácil deducir qué banda de qué bando la hizo volar en pedazos con nuestro nº5 del que si bien se salvaron cuatro o cinco ejemplares, debido a pedidos en préstamo, no quedó en la nutrida biblioteca de nuestra Asociación, ni un solo número del 5.
Pero estamos aquí para hablar de lo que vive y no de lo que ha pasado, por eso, la revista Facundo es la que sale en gráfica igual que las citadas al principio, la nuestra en Internet actualmente, antes también gráfica y las que han sido, son y las que vendrán.
Cosmorama, Pausa, Nuestro Tiempo, El Cascabel de Plata, Runa y tantas otras, componen la historia de las revistas literarias de Rosario, aunque, justamente Cosmorama, al menos en lo que se ha podido averiguar, aparecía en simultáneo en Buenos Aires, La Plata, Rosario, Salta y Córdoba, ciudades donde había en cada una un “ordenador”.
En otros números ya aparecen más ciudades y otros países: Perú, Uruguay, Brasil.
Exégesis no haremos de Cosmorama, pero sí extraeremos como pinceladas, textos que en ella aparecieron, por ejemplo:
“HAY QUE DIGNIFICAR LA OBRA DEL ESCRITOR” –
Regalar un libro propio es menospreciar el propio esfuerzo.
Exigir el obsequio de su libro a un autor es desconfiar de la ganancia que obtendría la inversión de su costo.
Un mínimo de honestidad obliga al apoyo de la obra amiga.
Comprar un libro es adquirir la suficiente independencia para leerlo sin preconceptos-
(Texto diagramado tal como aparece en la retiración de tapa del nº de Abril de 1944).
Cabe destacar que de todo lo que menciona en la presente, hay ejemplares disponibles para consultar en la sede de nuestra Asociación o vía mail, correo, teléfono, etc.
Críticas también haré porque como tantas revistas de todos los tiempos, adolece del mismo pecado: sus directores (u ordenadores, como se llamaban en esta época o publicación), publican sus propios poemas.
Y también como casi todas, constaba de: editorial, poemas, ensayos, bibliográficas, poetas invitados de otras latitudes, traducciones. No tenía publicidad alguna, el número de páginas variaba de un número a otro pero rondaba las 10 hojas, veinte páginas de promedio. Esto hace notorio que desde siempre, nuestras revistas de poesía han carecido de apoyo y siempre han sobrevivido con fondos de sus creadores.
Junto a estas líneas publicamos las tapas de los números que tenemos. Agradeceremos a toda persona que nos acerque los números faltantes, como así ese dichoso nº 5 de Runa y otras revistas que hayan aparecido y quienes las tengan en su poder, quieran que las conservemos en nuestra Biblioteca.
G.I.
Y escaneamos para que sea fidedigna, un poema de Ungaretti, traducido nada menos que por nuestro Alberto Girri.